Cómo diseñar un sistema de audio correctamente (2)
Seguimos con el segundo de estos pequeños capítulos dedicados a la concepción de un sistema de audio equilibrado y de calidad (el primer capítulo lo tienes en este enlace). Tras hablar en la editorial de la edición nº 160 sobre la importancia de la elección de los componentes, hoy trataremos algunos conceptos básicos sobre la instalación.
Sin duda, el resultado final de un sistema de audio está condicionado por la correcta instalación de sus componentes. Por ejemplo, la respuesta de un altavoz está directamente ligada a su correcta ubicación y sujeción. Las puertas de un vehículo suelen ser superficies resonantes y de escasa rigidez por lo que su adecuado tratamiento con material insonorizante, o usar soportes de madera o aluminio en lugar de los de plástico tendrá un beneficio enorme en el sonido que ese altavoz entregue. La electrónica no es muy amiga de las vibraciones, así que los componentes deben estar bien anclados al vehículo, sin olvidar el aspecto de la seguridad referente a objetos sueltos por el maletero.
Por otro lado, el tema de los cableados siempre es causa de discusión entre aficionados que dicen que notan diferencias sónicas entre unos y otros materiales (aluminio, cobre, plata...); y los que dicen que no notan nada y que además es imposible que eso ocurra ya que un cable, en distancias cortas y dentro de unos mínimos de calidad, no puede cambiar el sonido respecto a otro. Discusiones aparte, hay dos condicionantes muy importantes en un automóvil que son la alimentación y las interferencias electromagnéticas.
En el caso de la alimentación, el uso de un cableado de cobre y con la sección apropiada asegurará una entrega de corriente rápida y eficiente frente a uno más barato y de peor calidad realizado en aluminio, con el cual se verán mermadas las cualidades anteriores en detrimento del sonido dada su menor conductividad. Respecto a las interferencias electromagnéticas, es tal la cantidad de interferencias que se generan en el automóvil que el uso de cables con un apantallamiento de baja calidad (o peor aún instalar dichos cables junto a líneas originales que generen mucha contaminación EMI) tendrá como consecuencia los clásicos ruidos e interferencias en la señal a la hora de reproducir cualquier medio. Por ello, podemos concluir que el material y la calidad de los cables sí que se notan en el sonido final.
En el próximo capítulo explicaremos la importancia de la fuente principal y del recorrido de la señal dentro del sistema de audio de un automóvil y las consecuencias de su incorrecto tratamiento.
Seguimos con el segundo de estos pequeños capítulos dedicados a la concepción de un sistema de audio equilibrado y de calidad (el primer capítulo lo tienes en este enlace). Tras hablar en la editorial de la edición nº 160 sobre la importancia de la elección de los componentes, hoy trataremos algunos conceptos básicos sobre la instalación.
Sin duda, el resultado final de un sistema de audio está condicionado por la correcta instalación de sus componentes. Por ejemplo, la respuesta de un altavoz está directamente ligada a su correcta ubicación y sujeción. Las puertas de un vehículo suelen ser superficies resonantes y de escasa rigidez por lo que su adecuado tratamiento con material insonorizante, o usar soportes de madera o aluminio en lugar de los de plástico tendrá un beneficio enorme en el sonido que ese altavoz entregue. La electrónica no es muy amiga de las vibraciones, así que los componentes deben estar bien anclados al vehículo, sin olvidar el aspecto de la seguridad referente a objetos sueltos por el maletero.
Por otro lado, el tema de los cableados siempre es causa de discusión entre aficionados que dicen que notan diferencias sónicas entre unos y otros materiales (aluminio, cobre, plata...); y los que dicen que no notan nada y que además es imposible que eso ocurra ya que un cable, en distancias cortas y dentro de unos mínimos de calidad, no puede cambiar el sonido respecto a otro. Discusiones aparte, hay dos condicionantes muy importantes en un automóvil que son la alimentación y las interferencias electromagnéticas.
En el caso de la alimentación, el uso de un cableado de cobre y con la sección apropiada asegurará una entrega de corriente rápida y eficiente frente a uno más barato y de peor calidad realizado en aluminio, con el cual se verán mermadas las cualidades anteriores en detrimento del sonido dada su menor conductividad. Respecto a las interferencias electromagnéticas, es tal la cantidad de interferencias que se generan en el automóvil que el uso de cables con un apantallamiento de baja calidad (o peor aún instalar dichos cables junto a líneas originales que generen mucha contaminación EMI) tendrá como consecuencia los clásicos ruidos e interferencias en la señal a la hora de reproducir cualquier medio. Por ello, podemos concluir que el material y la calidad de los cables sí que se notan en el sonido final.
En el próximo capítulo explicaremos la importancia de la fuente principal y del recorrido de la señal dentro del sistema de audio de un automóvil y las consecuencias de su incorrecto tratamiento.
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